LA CORRUPCIÓN: (Quimper - León) Inmundicia más que individual

En la última semana hemos sido testigos circunstanciales nuevamente de cómo se maneja el poder político y el poder económico; es decir la generación de corrupción en el marco de los procesos públicos. El poder económico, es decir los grandes empresarios, utilizan las instituciones del estado en beneficio de sus intereses a través de sus operadores. La historia del Perú está llena de este tipo de hechos lamentables y repasar los documentos al respecto sería sumamente largo y no sabríamos definir cual sería el más indignante, asqueroso o estúpido. Pero nuestra clase política nos ha dado incansablemente y en forma vivencial las formas como se maneja el poder y la política y nuestros ojos enllagados por esta peste se mantiene porfiado en la ignorancia y lejos de producir reacción.

De igual forma como los sucesos claramente demostrados en los Vladivideos, donde se observa como el poder político compra a empresarios infames de los medios de comunicación para manejar la información y poder controlar nuestras percepciones y opiniones de los sucesos, y por lo tanto esclavizar nuestra mente ante los amos del poder político y económico, rompiendo con el principio básico de la democracia: La Libertad, sin mencionar los otros mecanismos utilizados por el gobierno Fujimontesinista contra nuestra libertad sin que podamos percibirlo, pudimos ser testigos nuevamente de la infamia de dos nauseabundos funcionarios públicos: Alberto Quimper y Romulo León, protagonistas de los petro-audios. Pero, ¿Es imposible darnos cuenta de que no son los únicos políticos de esa horma?, y acaso ¿Podemos creer que este es un hecho aislado y que se trata de personas y no de sistema?

Existe todo un aparato institucional que favorece la corrupción institucionalizada, pero eso no es casualidad, el sistema legislativo es producido por operadores defensores de intereses específicos y la gran parte del cuerpo legislativo esta diseñado y estructurado de esta forma. Se fabrican leyes, decretos legislativos, etc., para favorecer intereses privados como el Decreto Legislativo 1027 diseñado por el ministro de los grandes intereses pesqueros Rafael Rey según él para ordenar el sistema pesquero, pero realmente repartiendo derechos de pesca a favor de las grandes empresas; de igual forma se diseñan para la protección penal en caso de ser descubiertos como la inmunidad parlamentaria, la prescriptibilidad del delito, etc. los cuales han favorecido al presidente Alan García, a su primer vicepresidente Giampietri, al ahora famoso Rómulo León, entre otros.

El caso del sinvergüenza Rómulo León, es un ejemplo claro de que no se trata de personas, sino de sistema. No es la primera vez que este sujeto es acusado por corrupción. Rómulo León Alegría estuvo involucrado con un escándalo de importación de carne podrida desde Argentina, carne que llegó a los mercados limeños en los momentos de grabe crisis. El Senado de 1990-1992 es el primero en exculparlo dos veces, dado que el APRA tenía una fuerte presencia. Lego el CCD de Fujimori le inició una investigación que terminó en un proceso judicial truncado constantemente prescribiendo una y otra vez, hasta el año 1998 donde se declara “extinguida la acción penal, dispone el archivo definitivo del proceso y ordena la anulación de todos los antecedentes. Hoy la historia se repite y con el mismo personaje principal: una rata corrupta absuelta por la prescripción de su delito. Si la prescripción del delito no existiera, este señor no hubiera vuelta a la escena publica para continuar haciendo daño al pueblo, el ahora presidente de la republica Alan Gracia no estaría gobernando, el primer vicepresidente no estaría trabando el trabajo de las ONG de Derechos Humanos; y otras muchas personas no estarían parasitando el estado y esclavizando las mentes de los peruanos.

Tampoco es un problema exclusivo del sistema político. Por detrás y por encima de la corrupción política está el círculo de intereses privados y de poderosos empresarios nacionales y transnacionales, los cuales organizan o patrocinan partidos políticos y fabrican todo un sistema de propaganda a través del mundo científico, intelectual y de la información para efecto de dominación y control social para contextualizar un entorno favorable a sus intereses. El estado, el sistema de la administración pública, más que una institución rectora y promotora de la igualdad, de la equidad y de la justicia, es un excelente mercado de la influencia en el poder, de los recursos administrativos, de la legislación, etc.

Si manejamos un enfoque individualizador del problema, lo cual es errado científica e históricamente demostrado, se diseñarían medidas de superación igualmente erradas. Los enfoques deberían pasar por tener una visión integradora de los elementos y procesos que enmarcan el problema específico. Esta no es una receta innovadora, ha sido planteada por muchos años.

No basta con suturar la herida, individualizando los problemas; el cuerpo yace deformado, putrefacto y pestilente cuyos ojos enllagados se niega a desprender la costra. Sangre nueva y joven que se abra paso por arterias carcomidas por parásitos, requiere nuestro país. Sangre roja, fresca y oxigenada erradicadora brutal de bacterias y renueve los tejidos y los sistemas funcionales; sangre que se desperdicia fuera del cuerpo, en las calles, en las universidades, en las alturas, etc; pero no en el poder.

De este modo, las reformas puntuales en el sistema legislativo que enmarca el ejercicio de la administración publica pasa por ser realizado por personas que nada tengan que ver con dichos intereses, personas que no tengan miedo de utilizar la pluma y decir con responsabilidad la verdad, ejerciendo el derecho innato de la libertad sin esquematizaciones predeterminadas ajenas a los principios que implica la administración pública. Consolidar el rol promotor y regulador de las reglas de juego justas, equilibrando las relaciones institucionales: sociedad civil, empresa privada y estado. Esto en una primera etapa dentro de la lucha política hacia la consolidación de una sociedad sin más coacción. De poco o de nada serviría la nueva elección del primer ministro Yehude Simon (lo que espero equivocarme) para recomponer la estabilidad política en forma permanente. No se duda de la capacidad humana, profesional y política de Yehude Simon, y confiamos en que podría realizar algunas de las reformas y cambios requeridos, y que hará una limpieza, y que los primeros en ser expulsados del gabinete serían Alva Castro y Garrido Lecca, pero creo que podría sacrifica demasiado al aceptar esta propuesta. Pero el asunto va por encima de todo este proceso.

Cambiemos la historia. Hace más de un siglo, en 1888 nuestro más ilustre maestro Manuel Gonzáles Prada rabiaba por la clase política y hacia un llamado a la acción de la juventud diciendo:

"Los viejos deben temblar ante los niños, porque la generación que se levanta es
siempre acusadora y juez de la generación que desciende…
Niños, sed hombres, madrugad a la vida, porque ninguna generación recibió herencia más triste, porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni venganzas más justas que satisfacer”


Hoy no hay palabras de mayor vigencia para el quehacer político, pero a su vez la vergüenza histórica de vernos en la misma necesidad, de no haber superado la deficiencia de nuestras conciencias y de no haber arrancado la costra del ojo. No hay que esperar que pase nuevamente 20, 50, 100 o 120 años y tener gastar la tinta en penosas hazañas.

La reducción del problema a aspectos individuales no hace mas que proliferar la descomposición en las relaciones humanas. Sepamos que este es un problema de sistema, de aspectos no específicos y no de personas en forma exclusiva, el problema es mayor; pero no merma la responsabilidad personal de los delincuentes en corbata Quimper y León, y que por el contrario hay que exigir que se les sancione con todo rigor moral y legal.